Durante mi práctica clínica me ha sucedido en varias ocasiones que pacientes en estado de gestación acuden a consulta manifestando incomodidad en su visión como desenfoque o malestar visual cosa que antes de su embarazo no sucedía o por lo menos no era del todo manifiesto, así mismo, pacientes que ya usan corrección óptica ya sea en anteojos o en lentes de contacto manifiestan incomodidad o falta de tolerancia al lente y algunas expresan sentir que su fórmula ha cambiado, esto es una situación común en personas embarazadas debido a que el organismo está presentando una gran cantidad de cambios fisiológicos adaptándose ahora a la nueva situación que se le presenta, la gran carga hormonal llega a modificar el índice de refracción del cristalino lo que ocasiona modificaciones en la graduación, también se producen episodios de ojo seco dando como resultado la intolerancia al uso del lente de contacto entre otras manifestaciones, en casos como estos lo más recomendable es atender la necesidad de la paciente que se está presentando en el momento pero advertir que probablemente las molestias que reporta seguirán modificándose hasta tiempo después del parto en lo que el organismo se recupera.
Ahora bien, según la organización Prevent Blindness America, las mujeres con problemas preexistentes como hipertensión o diabetes, necesitan recibir atención por parte del médico oftalmólogo u optometrista para que este pueda monitorear cualquier cambio en la visión según señala Daniel Garret, vicepresidente de mencionada organización.
El médico cita también que las modificaciones hormonales en el periodo de gestación pueden modificar la graduación resultante además de producir cuadros de migraña y episodios de sensibilidad a la luz, generalmente este tipo de afecciones desaparecen después del parto pero lo que es muy importante monitorear es cualquier cambio por mínimo que parezca para asegurarse que se trata de un episodio transitorio o al contrario pudiera ser al aviso de un padecimiento más complejo como la elevación de la glucosa durante el embarazo o el aumento de la presión arterial que derivan en situaciones muy delicadas de salud para la madre y el bebé en camino.
EN CONCLUSIÓN
Las mujeres que están embarazadas deberán estar atentas ante cualquier cambio en su visión ya que este podría tratarse sólo de un episodio transitorio provocado por el embarazo mismo o puede ser el aviso de que una descompensación metabólica está sucediendo como la diabetes gestacional o la preeclamsia, se recomienda mantengan informados tanto al médico ginecólogo como al oftalmólogo u optometrista ante cualquier sensación de cambio o variación en su visión para garantizar la salud gestacional tanto de la madre como del bebé.
Lic Opt. Rafael Verástegui Flores
IPN México
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