Hachiko: Una historia de lealtad y amistad aún después de la muerte.

Los Japoneses siempre tienden a sorprendernos con historias llenas de coraje, misticismo, honor y valentía, y esta historia no es la excepción sólo que en esta se habla de lealtad, amistad y entrega entre un ser humano y su mascota. Hachiko fue el nombre de un perro de raza "Akita" o "Akita Inu" una raza de perros japoneses que debe su nombre a que se cree tuvieron su origen precisamente en la prefectura japonesa de Akita. Estos perros desde tiempos de las dinastías eran usados como perros guerreros por los guerreros japoneses quienes vieron en esta raza a un ejemplar fuerte, ágil, dócil y con características para la defensa y el ataque, incluso, se dice, eran usados para cazar osos. Es tal la devoción que los japoneses sienten por esta raza canina que el tener uno de estos perros en casa es símbolo de poder y jerarquía, cuando un bebé humano nace en casa es común se le regale una estatuilla con la forma del akita como símbolo de buena suerte.

Akita, perro japonés.

Nosotros sabemos que los perros son los mejores acompañantes de los humanos, a lo largo de los siglos los perros y los humanos han establecido relaciones de cariño y trabajo, se dice que son uno de los pocos animales que llegan a sentir amor por sus amos y esto queda demostrado de sobremanera con la historia de Hachiko.

Hachiko nace un noviembre de 1923 en la prefectura que da el nombre a su raza, al norte de Japón. Se tiene registro de que era un macho alto y fuerte, de raza pura. Hay diferentes versiones sobre el origen de su nombre, la de Wikipedia dice que debido a que tenia una aparente desviación en sus patas delanteras su dueño decidió ponerle Hachi, que significa número ocho pero el símbolo japonés para representarlo (八) le recordó a su dueño la forma de las patas de Hachi. Otra de las versiones dice que su nombre se debe a que fue el octavo cachorro de la camada.

La suerte iluminó a Hachiko cuando a los 2 meses de edad fue enviado a la casa del profesor del departamento de Agricultura de la Universidad de Tokio Dr. Eisaburo Ueno. El profesor lo llevó a su hogar situado cerca de la estación Shibuya, y allí demostró ser un bondadoso y amable dueño. El perro por su parte lo adoraba. El profesor daba clases en la universidad de Shibuya y todos los días emprendía su camino hacia ella tomando el tren todas las mañanas. Hachiko se encariñó tanto con su dueño que lo acompañaba todos los días hacia la estación, veía como compraba su boleto y lo contemplaba hasta que se perdía entre la multitud. Después todas las tardes casi a punto de llegar el tren tomaba su lugar en una pequeña plaza en las afueras de la estación y esperaba pacientemente a que de entre todos los pasajeros se asomara su dueño.

Se dice que en mayo de 1925, cuando Hachi estaba por cumplir dos años de edad, su dueño, el profesor Eisaburo Ueno comenzó a ver mermada su salud, pero no por eso dejó de consentir a su fiel amigo, hasta que en una tarde de mayo estando en su trabajo dando clases a sus alumnos sucedió lo inevitable, el profesor falleció por un ataque al corazón, esa tarde ya no regresaría a casa.

Muy pronto las noticias sobre la repentina muerte del profesor alcanzaron Shibuya. Inmediatamente muchas personas pensaron en el pobre perro que lo había acompañado todos los días. Varios tuvieron la misma actitud y fueron a la pequeña plaza para convencer al perro de que volviera a su hogar, como si él pudiera comprenderlos.

La historia de Hachiko esperando a su dueño se repetía una y otra vez todos los días, cerca de la hora en la que su dueño acostumbraba bajar del tren, pero su dueño ya no aparecía. Sin embargo, a pesar de lo dificil del clima, sin importar lluvia, nieve o viento Hachi llegaba siempre puntual a la cita. Los días se volvieron semanas, las semanas meses, los meses años y aún así, el perro iba cada mañana a la estación, espera el día entero y al llegar la hora de regreso de su amo, buscaba entre todos esos rostros extraños a áquel que amaba.

Era tal la devoción de Hachiko por su dueño que el pueblo entero de Shibuya se conmovió ante tal muestra de cariño, la gente que se ausentaba por largo tiempo regresaba de su viaje y preguntaba por Hachi, y ahí estaba él, siempre en la estación a la hora debida.

La foto más famosa de Hachiko, se le puede ver en estado avanzado de edad.

Conmovidos, en enero de 1934 los habitantes de Shibuya contrataron a un escultor reconocido para que edificara una estatua en honor de Hachiko a las afueras de la estación en el mismo lugar donde Hachiko aún esperaba, la estatua fue develada y Hachiko fue testigo de la develación de su propia estatua. Sin embargo, casi un año después en marzo de 1935, Hachiko murió, debido a su edad avanzada (la raza tiene un período de vida aprox. de 10 años), murió a los pies de su propia estatua.

Estatua actual de Hachiko.

 Aún hoy en día la estatua de Hachiko se encuentra en las afueras de la estación de Shibuya, se conmemora su día el 8 de abril, y es un punto de referencia importante para el turismo en Shibuya, alrededor de la plaza se puede ver a gente contando la historia de Hachiko y preservando todavía su recuerdo en al memoria de sus habitantes.

La historia de Hachiko es una demostración de amor, lealtad y cariño que va más allá de la comprensión del ser humano, sin duda, es una historia para contar y compartir. Por cierto "Chuken Hachiko" significa "perro fiel" y sus restos descansan al lado de los de su amo.

Existen dos adaptaciones cinematográficas al respecto, la primera de ellas se filmó en 1987, la cinta se llama  "Hachikō monogatari".

La versión más reciente tiene como co-protaginista a Richard Gere y fue estrenada en 2009, esta última es ampliamente recomendable la historia es adaptada "americanizada" por decirlo así pero retrata de manera fiel la historia de Hachiko, si perder detalle ni emotividad. Vale la pena verla. Se llama, "Siempre a tu lado, Hachiko".

Los dejo con el trailer oficial de la pelicula de 1987.


Quieres saber más sobre Hachiko? mira su entrada en Wikipedía!